01 marzo 2021

El banco azul



Banco azul en el antiguo salón de sesiones del Senado.

    Desde el siglo XIX ha sido muy utilizada, tanto por la prensa como por la gente de forma cotidiana, la expresión «el banco azul» para hacer referencia al Gobierno o a los miembros de éste. ¿Pero de dónde surge esta expresión?

    Viendo cualquiera de los dos hemiciclos, bien sea el del Senado o bien el del Congreso de los Diputados, uno puede hacerse una idea rápidamente: los asientos de la primera fila, donde se sientan los miembros del Consejo de Ministros, son todos de color azul. En las diversas constituciones que ha tenido España se ha determinado la participación de los diferentes ministros en las sesiones de ambos Cuerpos Colegisladores, con voto incluso si eran miembros de alguno de los dos[1]. Además, siempre fue costumbre, y así lo recogían los reglamentos de ambas Cámaras, la formulación por parte de diputados y senadores de preguntas e interpelaciones a los ministros. Por tanto, era necesario establecer una ubicación para los mismos cada vez que acudiesen a una sesión.

    En los salones de sesiones similares a los del Parlamento inglés, esto es con los bancos paralelos y enfrentados, como es el caso del Senado, era tradición que cuando acudían los ministros de la Corona se colocasen a la derecha del presidente de la Cámara. Esta situación se sigue manteniendo hoy día en la Cámara de los Comunes.

    En el Senado se optó por esta disposición y se colocaron en el lado derecho del salón, en primera fila, dos «banquetas para los E.E.S.S. Secretarios del Despacho, de caoba, forradas en terciopelo azul turquí con las armas reales bordadas en oro»[2]. Así, se diferenciaban del resto de «banquetas de caoba para los Sres. Senadores» con «almohadones en dichas banquetas de terciopelo carmesí, ribeteados con galón de oro»[3]. Delante de las banquetas para los ministros se colocaron además dos barandillas de caoba con pupitres para los mismos. Algo análogo se hizo en 1843 al poner justo enfrente otra barandilla con pupitres para las comisiones, cuyos dictámenes se discuten.

    Dos colores en definitiva para los asientos en función del poder al que perteneciese cada uno, rojo el legislativo y azul el ejecutivo. Con ello se pretendía visualizar la separación e independencia de ambos poderes. ¿Y por qué el color azul para el Gobierno? La respuesta radica en quién ostentaba la potestad ejecutiva y en nombre de quién actuaba el Gobierno:

    «La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende a todo cuanto conduce a la conservación del orden público en lo interior y a la seguridad del Estado con lo exterior, conforme a la Constitución y a las leyes». Artículo 45 de la Constitución de 1837.

    «Todo lo que el rey mandare o dispusiere en el ejercicio de su autoridad, deberá ser firmado por el ministro a quien corresponda, y ningún funcionario público dará cumplimiento a lo que carezca de este requisito». Artículo 61 de la Constitución de 1837.

    Los ministros, por tanto, lo eran del rey; eran los ministros de la Corona. Y como la dinastía que ocupaba el trono era de la casa de Borbón, se optó por escoger el color azul de ésta como el color simbólico del asiento del Gobierno.

    En los años 50 del siglo XIX, se harían algunas variaciones en el salón de sesiones. Se pasaría de dos banquetas a una sola como se puede ver en el inventario de 1857, último de los inventarios que se conservan del período isabelino. Ya en el período de la Restauración, se sustituyeron las dos banquetas con almohadones para los ministros por un único «banco de caoba corrido con asiento y respaldo de terciopelo azul, galón dorado y las armas de España bordadas»[4]. Igualmente, se cambiaron las barandillas por dos «barandas de columnas de caoba tallada y dorada, colocadas una delante del banco de los Sres. Ministros y otra en el de enfrente, con nueve pupitres cada una»[5]. Esta será la configuración que se mantenga ininterrumpidamente hasta el final de la Restauración.

    En el Congreso de los Diputados la evolución del banco fue diferente. En 1834 el Estamento de Procuradores se estableció en el convento del Espíritu Santo en la carrera de San Jerónimo, manteniéndose ahí una vez creado el Congreso con la Constitución de 1837. El banco escogido para sentar a los ministros era de color negro como puede comprobarse leyendo la prensa de la época:

    «Abierta a la una y cuarto se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior: hallábanse en el banco negro los señores ministros de Gracia y Justicia, Gobernación y Hacienda»[6].

    En 1841, debido a la construcción del nuevo palacio para el Congreso de los Diputados, este cuerpo colegislador se trasladó para hacer sus sesiones al Salón de Baile del Teatro Real, entonces denominado Teatro de Oriente. A su regreso al recién construido palacio en la carrera de San Jerónimo en 1850, cambiaron el color negro por el azul a semejanza del Senado, tal y como recoge La Época el 30 de octubre:

    «El banco de los ministros en el salón de sesiones no se llamará en adelante el banco negro, sino el banco azul, pues está forrado de rico terciopelo de este color»[7].

    El cambio en la terminología se hizo patente enseguida en la prensa. El Áncora así lo refleja en el extracto que hace de la sesión del 1 de noviembre, primera sesión celebrada tras la apertura de Cortes del 31 de octubre: «El banco azul estaba ocupado por todos los señores ministros»[8].

    Leyendo esto se puede constatar lo habitual que se había hecho el referirse por su color al banco del Gobierno. Tal es así, que incluso con anterioridad al cambio en el Congreso a veces se incurría en errores al extender el uso del término «banco negro» en alusión a sesiones en el Senado, como el que se puede leer en el periódico El Católico:

    «Se hallaba de grande uniforme en el banco negro el señor ministro de la Gobernación»[9].

    Error éste más que claro, ya que como se ha explicado en el Senado el banco de los señores ministros siempre había sido de color azul, aun desde la época del Estamento de Próceres.

    Resuelta, por tanto, la incógnita relativa al color azul del banco y su uso para aludir al Gobierno, queda un punto más a tratar: la colocación de este banco en el salón de sesiones. Se ha comentado al principio cómo en el Senado se había colocado el asiento del Gobierno en la primera fila de la derecha del salón, igual que en el Parlamento inglés. Lo mismo se hizo en el Congreso de los Diputados. Independientemente de la tendencia política del partido en el Gobierno, el banco se mantenía en su sitio. Lo vamos a ver con algunos ejemplos:

 

Banco azul a la derecha. El presidente del Consejo de Ministros es Sagasta (partido liberal).
Nuevo Mundo, nº225, 27 de abril de 1898.


El acta de la anterior: Salón de Sesiones del Senado en 1906. Asterio Mañanós.
Banco azul a la derecha. El presidente es Segismundo Moret (partido liberal).


Presentación del Gobierno de la Unión Nacional en el Senado. Asterio Mañanós.
Banco azul a la derecha. El presidente es Antonio Maura (partido conservador).


Banco azul a la derecha (Congreso de los Diputados). El presidente es Sagasta (partido liberal).
Nuevo Mundo, nº225, 27 de abril de 1898.

Banco azul a la derecha a principios del siglo XX.
El patrimonio histórico artístico del Congreso de los Diputados, Madrid, 2011, p. 52.


    Durante la reforma llevada a cabo en el salón de sesiones en 1951, ya en la época en la que el Palacio era la sede del Consejo Nacional, se cambió el banco azul por uno corrido más largo, que prácticamente abarca todo el salón. Enfrente se colocó otro igual de color rojo y lo mismo se hizo con las barandillas con balaustres, alargándolas en toda la longitud del banco. Así es como ha llegado el salón de sesiones hasta nuestros días.


Salón de sesiones en la época del Consejo Nacional.
El Palacio del Consejo Nacional, Madrid, 1974.

    Se ha visto cómo, aunque los partidos en el gobierno cambiasen, el banco azul se mantenía siempre a la derecha del presidente de la Cámara. En la actualidad, los asientos de los diputados, senadores y ministros ya no son bancos, sino sillones individuales. No obstante, se siguen manteniendo los colores rojo y azul para unos y otros. Lo que sí ha variado es la colocación del gobierno. Ahora, dependiendo de la tendencia política del partido gobernante, éste empieza a sentarse por la izquierda o por la derecha de la primera fila del salón de sesiones. El caso del Senado presenta una peculiaridad añadida. A partir de 1982, se rompe con la tradición de mantener fijo el asiento del gobierno a la derecha del presidente de la Cámara y se impone el cambio de color del banco corrido. Así, ahora se puede ver que el azul está a la derecha o a la izquierda según sea la tendencia política del partido en el Gobierno. Y aunque en 1991 se inauguró el edificio de Ampliación, donde se construyó un nuevo salón de sesiones, el hemiciclo, en el antiguo se ha seguido imponiendo el cambio de color de un lado al otro, a pesar de que el Gobierno ya no acude al mismo, puesto que las sesiones se hacen en el hemiciclo.

 

Hemiciclo del Senado. Primera fila con asientos de color azul.

 

Banco azul a la derecha con un gobierno del Partido Popular.

Banco azul a la izquierda en la actualidad.
El presidente es del Partido Socialista Obrero Español.



[1] «Los Ministros pueden ser Senadores ó Diputados, y tomar parte en las discusiones de ambos cuerpos colegisladores; pero solo tendrán voto en aquel á que pertenezcan». Artículo 62 de la Constitución de 1837.

[2] Inventario de la plata, muebles y demás efectos existentes en el Palacio del Senado, 30 de septiembre de 1836. Archivo del Senado.

[3] Inventario de los enseres que existen en el Palacio del Senado a cargo del Portero Mayor Conserje D. Gregorio Raíces, 15 de marzo de 1857. Archivo del Senado.

[4] Inventario general de los muebles y efectos existentes en el Palacio del Senado en 31 de mayo de 1895. Archivo del Senado.

[5] Inventario general de los objetos, muebles y alhajas existentes en el Palacio del Senado en 1887. Archivo del Senado.

[6] El Corresponsal, nº355, 21 de mayo de 1840, p. 3.

[7] La Época, nº511, 30 de octubre de 1850, p. 4.

[8] El Áncora, nº310, 6 de noviembre de 1850, p. 582.

[9] El Católico, nº2391, 16 de noviembre de 1849, p. 6.

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