03 septiembre 2021

La escalera principal del Palacio del Senado



Escalera principal del Palacio del Senado.

    La transformación del Palacio del Senado en un edificio más bello y digno para la Alta Cámara que albergaba, incluyó la construcción de una gran escalera principal de mármol en la fachada norte del palacio. De esta manera, se suprimió la antigua escalera de la crujía central que daba acceso al piso alto por una mucho más amplia y propia de un palacio. La Comisión de Gobierno Interior en su reunión del 28 de junio de 1880 aprobó los planos y pliegos de condiciones elaborados el día 25 por el arquitecto del Senado, Agustín Ortiz de Villajos, para la construcción de la escalera principal y acordó sacar a concurso la obra invitando a los principales marmolistas para que presentasen sus propuestas.


Vista del Palacio del Senado en el Plano parcelario de Madrid (1872-1874) 
de Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero. Puede verse la antigua escalera en la crujía central.


Detalle de la escalera principal en un plano de 1888 del Palacio del Senado.


    El 7 de julio, oídas las propuestas presentadas, acordó «autorizar al arquitecto Sr. Villajos para que […] admita la proposición del marmolista D. Pedro Nicoli si ofrece llevarla a efecto con sujeción a los planos y condiciones que le han sido presentados, por el precio de 14500 pesetas», que se abonaría en tres plazos iguales. El contrato se firmó el 12 de julio y en él se establecía la entrega de la obra en un plazo de tres meses. De no ser así, se impondría a Nicoli la multa de 100 pesetas por cada día de retraso en la terminación de la obra. Debía, por tanto, terminarla en octubre, pero no entregó la obra finalizada hasta el 26 de diciembre, por lo que el presidente, el marqués de Barzanallana, convino el 12 de febrero de 1881 a tomar alguna medida. Si bien, se inclinó por no exigirle toda la responsabilidad, ya que había hecho un gran trabajo con la escalera y la había terminado antes de la apertura de Cortes (30 de diciembre). Por eso, propuso suspender el pago que solicitaba Nicoli por los mármoles rojos de Cabra puestos en los zócalos de la escalera hasta recibir las cuentas del arquitecto Villajos, y autorizar al conde de la Romera para que cuando esto ocurra, resolver en función de la situación lo que considere más justo, procurando sacar el mejor partido posible en beneficio del Senado. El 6 de marzo la Comisión de Gobierno Interior acordó rebajarle de la cuenta presentada por los mármoles, que ascendía a 2395,5 pesetas, la cantidad de 750. Esto se le pagaría con el tercer y último plazo de 4833,34 pesetas.

    A pesar de la sobriedad que luce actualmente la escalera, antaño no fue así. El 10 de noviembre de 1880, con motivo de las obras efectuadas, la Comisión de Gobierno Interior acordó encargar unas alfombras para la escalera principal y sus mesetas a la Real Fábrica de Tapices. Así mismo, se colocó en el rellano intermedio el busto en mármol del marqués del Duero, hecho por José Gragera en 1877, sobre una columna también de mármol. En dos hornacinas abiertas en la pared se colocaron sendas esculturas de yeso, así como varios apliques. Del techo colgaba una araña de metal dorado con cinco brazos  y en los paramentos dos grandes cuadros: Muerte del marqués del Duero de Joaquín Agrasot y Juan, y Combate naval de Lepanto de Juan Luna y Novicio, tras haber sido retirado éste de su emplazamiento original en el Salón de Conferencias.


Busto en mármol del marqués del Duero hecho por José Gragera en 1877.

    La escalera tenía un gran tramo central, que terminaba en un rellano intermedio con un ventanal decorado por una vidriera, y dos tramos laterales que subían hasta el piso alto. Los peldaños eran de mármol y los pasamanos de madera, con topes de metal, y con terciopelo carmesí con borlas de seda y argollas doradas.

    En la reunión que celebró la Comisión de Gobierno Interior el 12 de abril de 1881, se acordó que el presidente, el marqués de Barzanallana, «diese los pasos necesarios para que se construyeran en Munich unas vidrieras con figuras simbólicas y escudos de armas, que se colocarán en la ventana que da luz a la caja de la escalera; y que entretanto, para evitar que el sol dañe a algún cuadro, se ponga una tela blanca suficientemente tupida y que deje paso a la luz y no a los rayos solares».

    La gestión se le encargó a Augusto Conte y Lerdo de Tejada, ministro plenipotenciario español en Viena. A Barzanallana, la Comisión le autorizó el 9 de mayo para remitir a Conte el dibujo que serviría como modelo para la fabricación de las vidrieras. El 1 de junio se decidió que finalmente las vidrieras se hiciesen en Viena y que Conte se encargase de firmar el contrato con el artífice de las mismas. La adquisición se hizo en el mismo año 1881 en 10000 pesetas.

    En el Catálogo de las obras de arte existentes en el Palacio del Senado de 1917, elaborado por el senado Ángel Avilés, se encuentra la siguiente descripción de la vidriera:

    «La gran ventana de la escalera de honor del Palacio del Senado, tiene una vidriera polícroma de dos hojas. En una de ellas figura el Patriotismo, representado por un mancebo de tamaño natural, con la mano izquierda en la empuñadura de la espada y sujetando con la derecha una corona de hojas de roble. En la otra hoja de la vidriera se representa la Elocuencia por una joven que sostiene en el brazo izquierdo un libro, con el título Cicero, y en la mano derecha un manojo de dardos.

    Corona la vidriera un medio punto, que ostenta en el centro un escudo con las armas de España, flanqueado por otros dos escudos más pequeños, en los que campean las insignias de cuatro Órdenes militares en uno, y las de cuatro Órdenes civiles en el otro».


Vidriera que adornó el ventanal de la escalera principal.

    A las seis menos cuarto de la tarde del 9 de junio de 1899, siendo presidente del Senado el general Arsenio Martínez Campos, comenzó en Madrid una fortísima granizada que causó grandes destrozos en la capital. En el caso del Senado fueron importantes: se rompieron los lucernarios del Salón de Conferencias y de la Sala de lectura de la Biblioteca, lo que ocasionó que se inundasen ambos espacios, los coches que estaban en la Plaza de los Ministerios volcaron, rompiéndose sus cristales y faroles. Varios cocheros fueron enviados a la Casa de Socorro con heridas en la cabeza, uno de ellos, el del general Ramón Blanco, en estado grave con conmoción cerebral. La plaza quedó cubierta con una capa de granizo de 11cm. El viento huracanado provocó que el granizo chocase violentamente contra los cristales de las fachadas del Palacio, rompiéndolos.

    No escapó del destrozo la vidriera de la escalera, al romperse gran parte de la hoja en la que estaba representado el Patriotismo. En cambio, la hoja donde estaba la Elocuencia quedó intacta. Según cuenta Julio de Saracíbar en Del Senado que desapareció. Memorias de un funcionario senatorial ya casi sesentón (1897-1931), «en este Madrid, en donde de todo se saca punta para hacer un chiste, parodiando aquello de sálvense los principios aunque perezcan las colonias, díjose entonces: menos mal sí, aunque el patriotismo padeciera, la elocuencia se salvó. Afortunadamente, la vidriera pudo repararse y el destrozo quedó como un suceso anecdótico.

    Durante la etapa del Consejo Nacional, la escalera cambió su aspecto. Siendo Raimundo Fernández-Cuesta ministro secretario general del Movimiento, se realizaron en 1951 obras de gran calado en el Palacio del entonces Consejo Nacional para dignificar el edificio y hacerlo más funcional, sin perder su antigua esencia. Entre esas obras ejecutadas por el arquitecto Manuel Ambrós Escanellas estuvo la remodelación de la escalera, pues se desmontó la barandilla «para colocar en su lugar otra integrada por balaustres y pasamanos de mármol blanco». Ahí no quedó la reforma, ya que en 1969 siendo ministro secretario general José Solís Ruiz y por iniciativa del secretario del Consejo Licinio de la Fuente se construyó una segunda planta en el Palacio. Debido a esto, hubo que ampliar la escalera con tres tramos más, semejantes a los anteriores, para poder subir al nuevo piso.


Detalle de la escalera (planta baja) en un plano de 1951.

Detalle de la escalera (primera planta) en un plano de 1951.

Tramos de la escalera construidos para subir a la segunda planta.

Ventanal de la escalera donde estuvo la vidriera.


Escalera principal en la planta baja.
La escalera se continuó hacia abajo para ir a los sótanos y al edificio de Ampliación.

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